"Cómo hacer que te pasen cosas buenas" es un libro que se trata sobre cómo funciona tu cerebro y cómo puedes gestionar tus emociones para mejorar tu vida. La autora, Marian Rojas Estapé, combina su experiencia como psiquiatra y sus conocimientos en neurociencia para ofrecer una guía práctica y accesible que te permitirá tomar el control de tu bienestar emocional.
A través de explicaciones claras y ejemplos concretos, te enseña a reconocer y manejar tus emociones, a superar el estrés y la ansiedad, y a cultivar una actitud positiva hacia la vida. Rojas Estapé te anima a tomar un papel activo en tu felicidad y bienestar.
Te proporciona herramientas y estrategias para cambiar tus patrones de pensamiento, mejorar tus relaciones y alcanzar tus metas personales y profesionales. Además, te muestra cómo la gratitud, la empatía y la generosidad pueden transformar tu vida y te ayuda a entender cómo tus pensamientos y emociones influyen en tu salud física.
En resumen, este libro es una guía esencial para cualquier persona que quiera entender mejor su mente y mejorar su calidad de vida.
En la obra analizada, se explora la importancia de entender la estructura y funcionamiento del cerebro para maximizar su potencial. El fundamento se basa en la premisa de que, al comprender las conexiones neuronales y los procesos químicos que se producen en nuestro cerebro, podemos aprender a gestionar nuestras emociones y mejorar nuestra vida.​
​El cerebro humano es una maravilla de la naturaleza y, sin embargo, la mayoría de nosotros apenas comprendemos sus mecanismos básicos. Por ello, es vital adentrarnos en la neurociencia, aun cuando no seamos expertos en la materia. La autora nos guía por este camino, explicando de manera accesible y amena cómo funciona nuestro cerebro y cómo podemos utilizar ese conocimiento para nuestra ventaja.​​​
​Por ejemplo, si entendemos que nuestro cerebro responde a los estímulos externos generando diversas emociones, podemos aprender a manejar esos estímulos para fomentar emociones positivas y minimizar las negativas. Si sabemos que un determinado entorno o situación nos genera estrés, podemos evitarlo o modificarlo para reducir esa respuesta negativa.​
​Además, al comprender que es posible fortalecer ciertas conexiones neuronales a través de la repetición y la práctica, podemos trabajar conscientemente en el desarrollo de habilidades y capacidades que nos interesen. Por ejemplo, si queremos mejorar nuestra memoria, podemos realizar ejercicios específicos para ello, como juegos de memoria o técnicas de mnemotecnia, basándonos en el conocimiento de cómo nuestro cerebro procesa y almacena la información.
Marian Rojas Estapé, en su obra, nos presenta una visión clara y práctica sobre cómo identificar y gestionar nuestras emociones para mejorar nuestra calidad de vida. Nos explica la importancia de entender nuestro cerebro, el órgano que determina cada una de nuestras emociones y cómo esto puede influir en nuestra vida cotidiana. ​
​El primer paso es la identificación de nuestras emociones. Conocer qué sentimos y por qué, nos proporciona una valiosa herramienta para poder tomar el control de nuestras reacciones. Cuando reconocemos una emoción negativa, como el miedo o la ira, podemos trabajar para cambiar nuestra perspectiva y transformarla en algo positivo.​
​En el segundo quiebre, el enfoque se centra en la gestión de nuestras emociones. Una vez identificadas, es vital saber cómo manejarlas. Esta gestión implica no solo controlar nuestras emociones, sino también aprender a expresarlas de manera adecuada y saludable. El manejo efectivo de nuestras emociones puede ser la clave para mejorar nuestra calidad de vida.​
​Un ejemplo práctico de la aplicación de este concepto es el siguiente: Supongamos que constantemente sentimos ansiedad debido a la carga de trabajo. Al identificar la emoción, podemos entender que es un reflejo de nuestro miedo a fallar o a no cumplir con las expectativas. Al manejar esto, podemos buscar formas de reducir nuestra carga de trabajo, mejorar nuestra organización o buscar apoyo. En definitiva, al entender y gestionar nuestras emociones, tomamos el control de nuestra vida y mejoramos nuestro bienestar.
Marian Rojas Estapé nos enseña la importancia de aplicar técnicas de relajación y meditación para mitigar el estrés y la ansiedad. En un mundo acelerado y a menudo estresante, la autora nos otorga herramientas valiosas para manejar nuestras emociones y mejorar nuestra calidad de vida. La relajación y la meditación no son solo técnicas para calmar la mente, sino también para fortalecerla.​
​La autora propone que estos métodos de relajación pueden convertirse en una práctica diaria. Por ejemplo, al despertar, podríamos dedicar unos minutos a la meditación consciente, enfocándonos en nuestra respiración y dejando que los pensamientos fluyan sin juzgarlos. Esta simple práctica matutina puede prepararnos para enfrentar el día con una actitud más positiva y tranquila.​
​Además, sugiere que complementemos estas técnicas con una perspectiva positiva de la vida. No se trata solo de calmar la mente, sino también de cultivar pensamientos y emociones positivas. Así, por ejemplo, al enfrentar situaciones de conflicto o estrés, en lugar de reaccionar impulsivamente, podríamos tomar un momento para respirar profundo y responder de manera calmada y considerada. El manejo efectivo del estrés y la ansiedad no solo mejora nuestra salud mental, sino también nuestra relación con nosotros mismos y con los demás.
El concepto de fomentar pensamientos positivos para atraer experiencias positivas se basa en el entendimiento de cómo nuestro cerebro procesa las emociones y cómo estas emociones afectan nuestra vida. La idea central es que nuestro cerebro es altamente sensible a nuestros pensamientos y emociones, y tiende a responder de manera correspondiente. Por lo tanto, si cultivamos una mentalidad positiva, es probable que atraigamos más experiencias positivas en nuestra vida.​
​Por ejemplo, si constantemente nos decimos a nosotros mismos que somos incapaces de lograr algo, nuestro cerebro procesará esa información y reaccionará de manera negativa, lo que probablemente nos llevará a fallar. En cambio, si nos decimos a nosotros mismos que somos capaces y que podemos lograr lo que nos proponemos, nuestro cerebro procesará esa información de manera positiva, lo que probablemente nos llevará a tener éxito.​
​En la práctica, esto significa que debemos ser conscientes de nuestros pensamientos y emociones. Debemos esforzarnos por cultivar una mentalidad positiva y evitar los pensamientos negativos. Si nos encontramos pensando de manera negativa, debemos hacer un esfuerzo consciente para cambiar esos pensamientos a algo más positivo.​
​Un ejemplo de cómo aplicar este concepto en la vida real sería en el caso de alguien que está buscando un nuevo trabajo. En lugar de pensar "Nunca conseguiré el trabajo que quiero", esa persona debería pensar "Tengo las habilidades y la experiencia necesarias para conseguir el trabajo que quiero". Este cambio de mentalidad positiva puede tener un impacto significativo en la capacidad de esa persona para atraer experiencias positivas en su vida.
Empezar un camino hacia el bienestar físico y mental puede ser desafiante, pero con la aplicación correcta de hábitos saludables, podemos lograr grandes cambios. El primer paso es entender cómo funciona nuestro cerebro, que es un órgano complejo capaz de adaptarse a nuevas rutinas y experiencias. Al comprender la neuroplasticidad, podemos empezar a implementar nuevas rutinas que beneficien nuestra salud y bienestar.​
​Una de estas rutinas es la actividad física regular, que ha demostrado tener un impacto positivo en nuestra salud mental. El ejercicio libera endorfinas, neurotransmisores que nos hacen sentir bien. Además, también ayuda a mantener nuestra mente aguda y mejora la calidad del sueño, lo que a su vez reduce el estrés y la ansiedad.​
​Es importante recordar que estos hábitos no se desarrollan de la noche a la mañana. La constancia es clave para lograr cambios duraderos. Podemos empezar con pequeñas acciones, como caminar 30 minutos al día o practicar ejercicios de respiración, y gradualmente aumentar la intensidad o la duración de estas actividades.​
​Para ilustrar cómo estos conceptos se pueden aplicar en la vida real, consideremos a una persona que se siente constantemente estresada y ansiosa. Empezando con solo 10 minutos de ejercicio al día y aumentando gradualmente el tiempo, esta persona puede empezar a sentir una reducción en sus niveles de estrés.
Además, la práctica regular de la meditación puede ayudar a manejar la ansiedad, proporcionando un espacio para desacelerar y centrarse en el momento presente. Estos pequeños pasos, cuando se implementan de manera constante, pueden resultar en grandes cambios en la salud mental y física.